viernes, 17 de julio de 2009

¿Por qué le habrán puesto el mismo nombre?

Por Ariel Torres

    Muchas personas me preguntaron estos días si ya había probado el Chrome OS, sistema operativo anunciado la semana última por Google para netbooks. Otros quisieron saber si esto significaba el principio del fin para Windows.

    La respuesta en ambos casos es no.

    Para empezar, el Chrome OS todavía no existe. O bien sí, en cierta forma existe. Puesto que Google lo basará en el núcleo de Linux y dado que hay numerosas distribuciones de Linux, muchas para netbooks, es posible figurarse cómo será el nuevo sistema operativo. Pero en los papeles no existe todavía, ni existirá hasta fines de este año, cuando el gigante de las búsquedas proyecta tener el código fuente listo. Saldrá al mercado incorporado en equipos de varias marcas sólo a mediados de 2010.

    Pero, por lo que pude averiguar y si todo ocurre como Google promete, el Chrome OS no será simplemente otra versión de Linux. Por un lado será menos. Por otro, más.

    Menos

    Será menos porque estará monocromáticamente orientado a los servicios Web. Es decir, a lo que hacemos mediante el navegador cuando estamos en línea. Y sea ese o no el futuro de la computación personal, todavía seguimos haciendo muchas cosas offline. De hecho, el campo de acción de las aplicaciones que funcionan en la nube de Internet es todavía bastante restringido. Sí, mi correo está hoy en Gmail, lo mismo que mi calendario, pero para escribir profesionalmente sigo necesitando un Office (o, en mi caso, un OpenOffice ), no sólo por las herramientas que ofrece, sino también por una cuestión de seguridad. Simplemente, no estoy dispuesto a colocar documentos de trabajo fuera de mi disco duro.

    Además, habida cuenta del ancho de banda disponible hoy -incluso en las naciones más avanzadas- hay tareas que quedan lisa y llanamente fuera de discusión: editar videos, por ejemplo, o retocar imágenes grandes y diseñar en AutoCAD.

    Otras actividades son desaconsejables en la nube. Por ejemplo, si tengo que pasar fotos o videos de mi cámara a un DVD, ¿enviaré todo ese material a un servicio Web para que un tercero copie el DVD y me lo mande por encomienda? ¿No es eso, además de una flagrante pérdida de privacidad, la capitulación de un derecho adquirido y un retorno al pasado? Para estas y muchas otras cosas todavía hace falta un sistema operativo completo, como Windows, Linux o Mac OS X, y una computadora con todos los periféricos que supimos conseguir.

    Más

    Por otro lado, Chrome OS será más, si Google cumple sus promesas, porque "dará acceso prácticamente instantáneo a la Web, estés donde estés ", me decía la semana última Daniel Helft, gerente de comunicación de producto para América latina de Google. Se entiende que la frase estés donde estés sólo es verdadera si existe (allí donde estés) alguna forma de conexión con Internet. Pero, digamos, para el que usa sólo aplicaciones Web y se encuentra casi constantemente en entornos Wi-Fi y 3G, el Chrome OS convertirá la netbook en un portal inmediato a la Web. O, más bien, esa es la promesa.

    Versus Windows y Ubuntu

    Por todas estas razones, el Chrome OS no constituye una amenaza para Windows. De hecho, es menos perturbador para Microsoft que, por ejemplo, Ubuntu, y Ubuntu no ha logrado mellar el predominio de Windows.

    Hablando de Linux, el prometido sistema operativo de Google tampoco constituye un peligro para la mayoría de las grandes distribuciones, que sí ofrecen un sistema completo sobre el que se pueden ejecutar tanto aplicaciones convencionales como las basadas en la nube.

    Deconstrucción

    Google anunció su sistema en términos bastante difusos. Chrome OS será "el navegador Chrome corriendo en un nuevo sistema de ventanas sobre un kernel de Linux" ( googleblog.blogspot.com/2009/07/introducing-google-chrome-os.html ). Desarmemos esa frase. Son tres partes.
    Primera pieza: el navegador Chrome ya existe, pero sólo para Windows. La versión para Linux está todavía en desarrollo; de hecho, Google aconseja -en mayúsculas- no descargarlo, a menos que uno sea un programador ( www.google.com/chrome/intl/en/linux.html ). Cuando salió Chrome , en 2008, todos nos preguntamos cómo era posible que no hubiera una versión para Linux, considerando el compromiso de Google con este sistema. La respuesta posiblemente está a la vista ahora: la versión de Linux del Chrome es el Chrome OS.
    Segunda pieza: el núcleo de Linux. Se puede escribir veinte volúmenes sobre esto y todos los que usamos el sistema operativo de software libre sabemos que se lo puede moldear como plastilina, configurándolo, agregando o quitando módulos, activando o desactivando funciones.
    Hay, sí, un núcleo de referencia ( www.kernel.org ), pero Google no lo usará como viene, esto es casi seguro, sino meticulosamente adaptado a la misión del Chrome OS.
    Tercera pieza: el sistema de ventanas es un componente de la interfaz gráfica de usuario que se encarga de dibujar controles y fuentes, entre otras cosas. En Linux (al revés que en Windows) la interfaz gráfica de usuario, llamada X.Org (antes XFree86, ambas basadas en el X Window de Unix, o X a secas), está separada del sistema de ventanas o, como se los llama comúnmente, el administrador o gestor de ventanas ( window s manager ).

    En rigor, la cosa es un poco más complicada, porque X es también un protocolo de red y aplica el concepto cliente/servidor a la interfaz gráfica, pero evitaremos meternos en esas honduras. El caso es que el dato acerca del sistema de ventanas no es particularmente relevante; hay docenas de gestores de ventanas para Linux. ¿Por qué Google deslizó esta información?

    Tras leer esto me quedó la impresión de que el kernel y X.Org iban a ser los de siempre, con los cambios introducidos por Google, y que el Chrome sería ascendido de simple browser a gestor de ventanas. Le pregunté a la empresa acerca de la relación entre el misterioso windows system que menciona en su blog y el Chrome, y la relación es exactamente esa: ¡ Chrome será el administrador de ventanas! En pocas palabras, será un kernel liviano más los servicios y drivers básicos, y sobre eso reinará el Chrome que ya conocemos.

    Tiene sentido. Después de todo, el navegador Chrome permite hoy crear accesos directos a aplicaciones Web en el Escritorio; de eso a ampliarlo a todo un entorno de ventanas hay sólo un paso. Y, definitivamente, Chrome es veloz y austero. Recuerdo que cuando lo vi por primera vez, en octubre último, le encontré cierto parentesco con el estilo minimalista de los administradores de ventanas ligeros para Linux, como Xfce ( www.xfce.org ) o Fluxbox ( www.fluxbox.org ).

    El que Google haya usado el mismo nombre para el navegador y para el sistema operativo, algo que al principio me pareció absurdo, no es ninguna coincidencia. Es una declaración de principios.

    El arte de la guerra

    Pese a todo lo dicho, el anuncio de Chrome OS tiene otras estribaciones. Su definición técnica, aunque jugosa para los que nos gustan las computadoras, queda opacada por su significado estratégico.

    No constituye todavía una amenaza para Windows (ni para Ubuntu, a mi juicio), pero el solo hecho de que el gigante de las búsquedas se proponga hacer un sistema operativo para computadoras es una declaración de guerra. Que se veía venir, hay que decirlo. Observe.

    En el principio, Google se dedicaba sólo a las búsquedas. Microsoft ingresó en ese negocio con MSN Search el mismo año en que nació Google, en 1998. El rival era Yahoo! Pero al final la pyme de garaje fundada por Larry Page y Sergey Brin les ganó a todos y menos de seis años después, cuando ya era una enorme corporación, hizo la primera movida para quedarse con algo que le pertenecía a Microsoft. Así nació Gmail, un sistema de correo electrónico que entonces tenía 500 veces más espacio de almacenamiento que su principal competidor, Hotmail.

    Arrasó y obligó a todos los demás a cambiar. Hotmail (hoy Live Mail) sigue siendo enormemente popular, con Yahoo! Mail en el primer puesto, pero el golpe había sido brutal y en la actualidad Gmail es el tercer servicio de correo más usado en la Web. Y era claro que Google no iba a quedarse en eso.

    Siguió una seguidilla de golpes a Microsoft, aunque siempre dentro de lo previsible. Adquirió empresas como Keyhole, adquisición que daría origen a Earth y Maps ; se quedó con la célebre, poderosa y codiciada Doubleclick; lanzó el mensajero Talk ; compró YouTube y Blogger. Era un Juggernaut, pero un Juggernaut que no se salía de su carril.

    Hasta que lanzó Docs , Android y el navegador Chrome . Docs apuntaba al MS Office . Android a Windows Mobile (y Symbian). Chrome al Internet Explorer . Ninguno ha sido extremadamente exitoso, al revés que Gmail o Earth , pero eran piezas avanzando en el tablero. El único bastión intacto de Microsoft era (y sigue siendo) Windows. El omnipresente Windows.

    ¡Bingo!

    Ocurrió entonces algo totalmente inesperado. El coloso de Redmond, supuestamente grogui a causa de tanto castigo y recuperándose del virtual fracaso de Windows Vista, reaccionó. Se adaptó. Invirtió cientos de millones de dólares en inteligencia en lugar de en marketing. Soltó una versión beta pública de su nuevo sistema operativo, Windows 7, que antes de salir ya tiene consenso y buenas críticas (ver nota de tapa de esta edición). Y luego vino un misil al riñón mismo del negocio de Google: el buscador Bing.

    Aunque sólo está disponible en Estados Unidos y todavía tiene mucho por mejorar, su forma de ordenar las respuestas tuvo una recepción unánimemente positiva. Por primera vez en más de diez años, Microsoft superó por unos días a Yahoo!, empresa que la compañía cofundada por Bill Gates había tratado de comprar de forma hostil sólo un año atrás.

    Más aún: la reacción positiva del público y los analistas frente a Bing mostró que Google era vulnerable. Todavía está en la cima y por lejos, todavía es el rey indiscutido de Internet, pero su punto fuerte, las búsquedas, no está completamente blindado.

    Ahora, ¿cuál es el punto fuerte de Microsoft? Windows, por supuesto. Allí radica su poder.

    Entre líneas

    No parece casual, entonces, que el Chrome OS se anuncie justo después de la salida de Bing, la primera señal que recibe Google de que Microsoft (o, llegado el caso, cualquier otra compañía) puede reinventar las búsquedas. De hecho, es la propia historia de Google: ellos destronaron en su momento a Yahoo! y obturaron el avance de MSN Search y Live Search durante más de diez años a fuerza de inventiva y buenos resultados.

    Es también muy significativo que ésta sea la primera vez, hasta donde recuerdo, que Google use la vieja técnica del vaporware . ¿Qué es vaporware ? Anunciar un producto que todavía no existe. En el pasado, Microsoft y otras empresas dominantes lo usaron en más de una ocasión para desalentar la compra de un producto que ya estaba en el mercado, a la espera del de la marca más fuerte.

    En este caso, Google anuncia algo que no existe, el Chrome OS, pero lo hace, en mi opinión, por motivos diferentes. Sabe que no es amenaza para Windows, igual que Bing no es una amenaza para Google. Pero el anuncio del Chrome OS proclama entre líneas que, llegado el caso y con la inmensa disponibilidad de cash con que cuenta, Google podría enfrentarse directamente a Windows. Es una señal. La más fuerte en la historia de la competencia entre las dos compañías. La señal vendría a indicarle a Microsoft que Windows tampoco es una fortificación inexpugnable.

    Pero este negocio cambia, y cambia todo el tiempo. No pasó una semana desde el anuncio de Chrome OS y Google recibió otra mala noticia. Microsoft ofrecerá una versión online del Office 2010 . Es decir, un servicio Web equivalente a Docs . O, mejor dicho, un puñal para Docs , porque la mayoría de la gente ya conoce Office .

    ***

    Ese es el estado de la puja entre dos de los mayores colosos de la revolución digital, y estas líneas son sólo un esbozo de lo que hay por decir.

    Microsoft parece dispuesto a recuperar cada plaza fuerte perdida a manos de Google; basta recordar que a principio de año la compañía anunció Gazelle , un navegador Web que es a la vez un sistema operativo ( research.microsoft.com/apps/pubs/default.aspx?id=79655 ). ¿Suena como Chrome OS? Por supuesto.

    Pero también sabemos que en este contraataque la compañía cofundada por Bill Gates ha encontrado por primera vez en su historia la horma de su zapato.

    Bueno, es mutuo.

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